Lo único que santifica es la Toráh, y la enseñanza o la sabiduría adquirida a través de ella,
son las “perlas”, podría decirse que la “Interpretación correcta de la Toráh”
es la valiosa perla.
“No se le comparan el coral y las perlas; La sabiduría es más valiosa
que las piedras preciosas (Panin/ perlas)”
Job 28:18
PERLAS en hebreo es “פָּנִין PANIN” del singular “פֵּן PEN” que es “PERLA”
Son dos letras: La letra “PEY פּ” en el hebreo pictográfico era el dibujo de una “boca”
y se asocia con “hablar” y con “palabras”.
La letra “Nun ן” era el dibujo de una “semilla” y significa “vida”
Si unimos los significados de estas dos letras tenemos:
“Palabras de vida”, eso es la Toráh.
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader
que busca buenas perlas, que habiendo hallado una PERLA PRECIOSA,
fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”
Mateo 13:45-46
En la vida podemos estar buscando la mejor preparación académica,
leer buenos libros y buscar los beneficios de la ciencia, el arte y la tecnología
que puede ofrecer este mundo (como el mercader que busca buenas perlas),
pero cuando en medio de todas estas cosas buenas, nuestros ojos se abren
a la verdad de la Toráh, a la sabiduría pura que proviene del Todopoderoso…
hemos encontrado “la preciosa perla” porque su valor excede por mucho a la
sabiduría de este mundo y la recompensa de tenerla en nuestra vida es
la salvación de nuestra alma.
Dice que “fue y vendió todo lo que tenía y la compró” porque nada de este mundo
sirve para obtenerla. Solo despojándonos de nuestra viaja manera de vivir,
entregando todo nuestro ser.
"En cuanto a su pasada manera de vivir, despójense de su vieja naturaleza,
la cual está corrompida por los deseos engañosos; renuévense en el espíritu
de su mente, y revístanse de la nueva naturaleza, creada en conformidad
con Dios en la justicia y santidad de la verdad"
Efesios 4:22-24
El mensaje es claro:
No debemos dar las enseñanzas o la correcta interpretación de la Toráh
a personas que están viviendo en franca inmundicia (pecado), no sea que las
pisoteen (las menosprecien) y se vuelvan y los despedacen (se burlen y se molesten).
Como los cerdos, al ver que no pueden comerlas, las escupirán y se molestarán
con quienes se las dieron.
Pero podemos encontrar también otra enseñanza en este verso,
si escudriñamos un poco más…
La palabra “Cerdo” en hebreo es “חֲזִיר Jazír” que significa “encerrar”
Y en Apocalipsis también nos dice algo sobre las perlas:
“ Las doce PUERTAS eran doce PERLAS; cada una de las puertas era una PERLA.
Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio”
Apocalipsis 21:21
Nos está hablando de la Nueva Jerusalén y nos dice más adelante:
“No entrará en ella ninguna cosa INMUNDA, o que hace abominación y mentira,
sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”
Apocalipsis 21:27
Entonces, las PERLAS también son PUERTAS y cerdo tiene que ver con ENCERRAR
y con animal INMUNDO.
“…No des (δίδωμι dídomi) las perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen
y se vuelvan y los despedacen” Mateo 7:6
y esta palabra griega “dídomi” nos habla de “dar, conceder, dejar, confiar y entregar”
Entendemos ahora el mensaje:
“No dejes tus puertas a los inmundos (demonios),
porque estos tendrán autoridad (pisar) para destrozarte (despedacen)”
Recordemos la palabra hebrea para “cerdo” que es “encerrar”,
vemos la intención de los inmundos: “encerrarnos en la inmundicia (pecado)”.
Es una clara advertencia sobre no abrir puertas al pecado.
“Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga,
y no den lugar al diablo.”
Efesios 4:26-27
“…todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado”
Juan 8:34
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