“Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo,
siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare
será inmundo hasta la noche”
Levítico 15:19
Este es un tema del que se habla muy poco y en consecuencia hay mucho
desconocimiento al respecto.
También solemos pensar que al estar "ya casados” TODO está permitido
y que no hay ningún tipo de restricciones en cuanto a las relaciones sexuales
en el matrimonio se refiere, pero no es así.
De acuerdo a la Toráh, una mujer posee la condición de “Niddah”
o “Impureza por sangrado” durante su periodo menstrual por siete días
o hasta que ya no haya fluido de sangre.
En total son 7 días de abstinencia sexual al mes, en condiciones normales de sangrado…
“Todo aquello sobre que ella se acostare mientras estuviere separada,
será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo
Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos,
y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche”
Levítico 15:20-21
El estado de “Niddah” no es de pecado, ya que se trata de una impureza natural o
debido a un proceso natural del cuerpo.
El concepto de impureza es porque la sangre de la menstruación proviene de la
NO fecundación, por lo que NO hubo vida, hubo muerte…de ahí la impureza.
Este tipo de impurezas leves (que implican suciedad y bacterias) se limpian
con una purificación en aguas vivas.
Recordemos que en aquellos tiempos no se usaban toallas sanitarias.
Lo mismo pasa hoy en día cuando las mujeres tenemos algún accidente y
manchamos algún mueble o nuestra cama…¡tenemos que lavarla!
Y la mujer también se baña durante y al terminar su periodo para
mantenerse limpia y
sin mal olor.
Nuevamente el Padre mas adelante advierte sobre no tener relaciones sexuales
mientras la mujer está en su periodo, pero ahora con una consecuencia seria:
“Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez,
su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre;
ambos serán cortados de entre su pueblo”
Levítico 20:18
El ser “cortado” o “aislado” del pueblo en la mentalidad bíblica significa
que perdemos la comunión espiritual con nuestro Padre.
La persona pierde literalmente su sensibilidad para apreciar lo espiritual
y tener comunión con Dios.
Es como si el Padre quitara sus ojos o volviera su rostro de esa persona…
y la única manera de regresar a esa comunión es con arrepentimiento y obediencia.
Vemos en nuestra sociedad muchos creyentes varones que nunca respetan
a sus mujeres en su condición de “Niddáh” por desconocimiento o en gran parte
porque vivimos en una cultura sexualmente obsesiva...
y la consecuencia es que son enfriados espiritualmente.
Tienen una conciencia cauterizada o un corazón tan duro que no les permite
ser sensibles a la Palabra de Dios.
Esta abstinencia de 7 días hace que no haya
“aburrimiento sexual en el matrimonio”
Dado que las reglas de la “Niddah” ordenan que la mujer esté separada físicamente
de su marido por al menos 7 días, la pareja experimenta cada mes,
una virtual luna de miel después de la purificación (limpieza) de la mujer.
A diferencia de la mayoría de las parejas, cuya vida sexual llega a ser aburrida
y fastidiosa después de varios años.
Un matrimonio que guarda Toráh y cumple con esta ley de abstinencia,
experimenta una continua renovación en su vida sexual, además de buena salud.
Se obtiene BENDICIÓN.
LA INSTRUCCIÓN DE NUESTRO PADRE ES
PERFECTA
Abstenerse sexualmente por unos días estimula la comunión en pareja
y el compañerismo… esto hará que cuando la pareja haya envejecido
y por consiguiente la actividad sexual haya mermado, tendrán la capacidad
de ser compañeros y amigos durante toda su vida.
Los médicos también han descubierto que, durante el periodo menstrual
de la mujer, sus secreciones vaginales se vuelven muy alcalinas y el conducto vaginal
fácilmente capta gérmenes a través de las relaciones sexuales y la pueden enfermar.
Esto también tiene que ver con el cáncer de útero y otras enfermedades de trasmisión
sexual, y peor aún, si el varón no está circuncidado, porque es en la piel de su prepucio
donde se alojan los patógenos. Y cuando la mujer no está en sus días
de menstruación, las secreciones vaginales son bastante ácidas
y esto actúa como una barrera de protección
natural contra gérmenes o infecciones.
CUMPLIMIENTO PROFÉTICO
Cuando leemos el pasaje de la mujer con el flujo de sangre constante en Marcos 5:25-34,
vemos que ella tocó el borde del manto de Yeshúa "los Tzitzit" que representan
el guardar los mandamientos.
Según la Ley, Yeshúa debió haber sido declarado impuro al instante que ella lo tocó,
pero ella fue sanada instantáneamente porque Yeshúa es el “Agua Viva”
por lo que la lavó y quedó
sana.
La limpieza por impureza ritual es una instrucción de la Toráh, es una ley buena
y santa que Yeshúa no vino a abolir. Pero gracias a que permanecemos en El
y guardamos sus mandamientos (tenemos la fuente de aguas vivas en nuestro interior)
no seremos contaminados, ni
contaminaremos a terceros cuando toquemos las cosas.
Tenemos que entender también que en aquel tiempo la presencia del TODOPODEROSO
literalmente habitaba con ellos en el tabernáculo, por lo que ellos debían de obedecer
escrupulosamente todas las leyes de pureza, para no contaminar el santuario.
“Así mantendréis a los hijos de Israel separados de sus impurezas,
para que no mueran en sus impurezas por haber contaminado
mi tabernáculo que está entre ellos”
Levítico 15:31
Oremos para que el Padre traiga orden a nuestra vida sexual.
Comencemos por no tener relaciones sexuales durante el periodo menstrual de la mujer.
Sabemos que para muchos varones no es fácil respetar este mandamiento,
así que pidamos paciencia y sabiduría para saber manejar la situación sin necesidad
de lastimar a nuestro cónyuge.
“Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos, de modo que,
si algunos de ellos no creen en la palabra, puedan ser ganados más por el
comportamiento de ustedes que por sus palabras”
1 Pedro 3:1
Referencias: Estudios de Cristina Blank Ramírez