ME FUI DE LA "IGLESIA"
¿AHORA QUÉ HAGO?
“No dejando de congregarnos, como algunos
tienen por costumbre, sino exhortándolos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
¡QUE DILEMA!
Muchos hemos descubierto la verdad.
La gran mayoría de nosotros salimos de las iglesias cristianas
y de las falsas doctrinas viendo la carencia espiritual que hay dentro
de las iglesias: los robos con los diezmos y ofrendas,
con los falsos pactos y decretos superficiales, la falsa prosperidad,
la increíble manipulación de la Palabra, los pecados ocultos de los
pastores, la decadente adoración, cada vez, imitando más al mundo.
Pero, además de todo, descubrir que la Iglesia Evangélica
es hija de la Iglesia Católica y por lo cual,
practica sus mismas doctrinas.
Muchos fieles católicos también han huido dándose cuenta
del enorme paganismo que hay ahí, el cambio de los Mandamientos,
la tremenda idolatría y los grandes pecados ocultos de los miles
de curas alrededor del mundo.
Y PARECE, QUE NO HAY ADONDE IR
Pues vemos a los Testigos de Jehová, Adventistas,
Mormones y demás ramas cristianas, todas están erradas en
sus doctrinas cuando las confrontamos con la Escritura.
Musulmanes, religiones orientales y budistas…
TODAS y cada una, van en contra de la Palabra de Dios
y de sus Mandamientos.
Y en nuestra búsqueda, nos encontramos también
con los Judíos que sí guardan Toráh, pero que no
aceptan a Yeshúa (Jesucristo), como Mesías de Israel.
Esto además de guardar mandamientos del Talmud,
sin los cuales ellos dicen que no hay salvación.
¿Y entonces, qué hacer?
“No dejemos de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre,
sino animémonos; y tanto más,
cuanto vean que
aquel día se acerca”
Hebreos 10.25
Este es el versículo preferido por los pastores y líderes religiosos
para mantener a la gente asistiendo a las iglesias,
y también es una preocupación para muchos que quieren escapar de ahí,
pero que sienten el compromiso de tener que seguir amarrados
y no dejar "la buena costumbre" de congregarse.
Pero hoy vamos a descubrir la verdad
y destruir toda manipulación.
Y para eso, tenemos que ir al CONTEXTO
de lo que Pablo está hablando.
Ahí está la clave para tener un mejor entendimiento
del versículo y del mensaje.
Así que leamos desde el verso
11:
“Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando
y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios,
que nunca pueden quitar los pecados, pero Cristo,
habiendo ofrecido una vez y para siempre un solo sacrificio
por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.”
Hebreos 10:11-13
Primeramente, debemos saber que Pablo y los demás creyentes en Yeshúa
seguían asistiendo al templo y a las sinagogas, porque ahí era el lugar
en donde eran leídos los rollos de la Toráh.
Recordemos que ellos NO tenían Biblias como nosotros ahora.
(Hechos 2:46; Hechos 13:14; Hechos
18:4)
Así que, ellos asisten al templo a escuchar la Palabra pero ellos
ahora saben que los sacrificios y ofrendas ya no quitan el pecado.
Ellos habían creído en Yeshúa como el Mesías prometido
quien había ofrecido su vida en sacrificio, la ofrenda perfecta
para el perdón de los pecados.
Entonces ellos ya no llevaban sus corderos para ofrecer sacrificios
al templo por sus pecados, ya que sabían que ya no era necesario,
pero debemos comprender algo muy importante:
Que ellos habían dejado una práctica que había sido fundamental
y central en sus vidas, por lo que Pablo les anima:
“Mantengámonos firmes, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza,
porque fiel es el que prometió”
Hebreos
10:23
Pablo les habla sobre permanecer firmes en esa fe.
Y lo mismo pasa hoy con nosotros cuando abrimos los ojos
a la verdad de la Toráh y dejamos las falsas doctrinas y ya no nos
sentimos cómodos dentro de las iglesias después de conocer la verdad.
¿Qué hacer entonces?
La
respuesta está en los siguientes versículos:
“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor
y a las buenas obras; no dejando de congregarnos,
como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Hebreos 10:24-25
Habiendo entendido lo anterior, vemos ahora la importancia
de asociarnos o de reunirnos con aquellos con quienes compartimos
la MISMA FE.
Porque si nos reunimos con quienes no coincidimos en la fe,
con quienes no tenemos un mismo sentir en cuanto a obedecer
la Instrucción del Padre Eterno, la cual es su Toráh.
Tendremos que callar y nos apagaremos, no teniendo libertad
para hablar y compartir…
Pero cuando estamos en un mismo espíritu, cuando nuestros corazones
comparten la misma fe, la cual es oír y obedecer la palabra del Eterno,
entonces hay gozo, y se aviva el
fuego.
La Biblia nos dice que los creyentes en el Mesías además de ir al Templo
o a las Sinagogas a escuchar Toráh, se reunían en CASAS:
“Saludad también a la iglesia( congregación de hermanos) de su casa…”
Romanos 16:5
Y la solución la tenemos en Yeshúa:
“ Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo
en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren,
les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Porque donde están DOS O TRES CONGREGADOS
EN MI NOMBRE, allí estoy yo en medio de ellos”
Mateo 18:20
¡Listo!
Usted con su familia o amigos pueden congregarse en casas
y ahí estará la presencia del Señor.
Si usted tiene la enorme dicha de asistir a una congregación en donde
se predique la SANA DOCTRINA, ¡Qué hermoso!
"Porque les doy buena enseñanza (sana doctrina)
No se aparten de mi ley (Toráh)"
Proverbios 4:2
Pero si no es su caso, no se frene por eso,
su casa es un buen lugar para reunirse con sus familiares
y amigos que quieren vivir conforme a la verdad de la Palabra.
Tenemos al Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo) quién nos guía
a TODA VERDAD, y la VERDAD es la Palabra de Dios.
"Y tu ley (Toráh) es la verdad"
Salmos 119:142
"Santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad"
Juan 17:17
y ahí en casita, estudiando la Palabra, alabando a nuestro Padre
y unidos en oración, el Señor derramará de su presencia
y de sus dones, incluyendo a sus hijos.
Hoy también contamos con la tecnología para conectarnos
con nuestros hermanos que están en cualquier parte del mundo.
No seamos más esclavos de aquellas iglesias que desechan
la sana doctrina y la Presencia de Dios.
Comencemos un nuevo caminar como verdadero pueblo de Dios.
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